Había una vez, una niña llamada Lina, que ya conoceréis por sus aventuras como astronauta y con los garbanzos…, pero para el que no la conozca, le recordamos que Lina, era una niña muy muy lista y que tenía una gran imaginación.
Un día, Lina se dio cuenta de que muchas veces en su casa, sus padres se dejaban el calefactor del baño encendido en invierno, cuando salían de ducharse.
Esto era un problema muy grave, porque se estaba tirando energía al usar el calefactor para nada!! Y Lina se sentía responsable de arreglarlo.
Por eso pensó, cómo podría ella solucionar ese problema.
Así que se dio cuenta de que siempre, cuando se dejaban el calefactor encendido, era porque habían terminado de ducharse, y por tanto, dejaban la puerta abierta y salían del baño, y se les olvidaba apagar el calefactor.
Entonces a Lina se le ocurrió una gran idea: “tengo que conseguir que cuando abran la puerta se apague automáticamente el calefactor
De esta forma, cuando terminaran de ducharse y abrieran la puerta, se dejaría de contaminar inútilmente.
Y así fue como consiguió inventar un artefacto que desconectaba el calefactor cuando sus padres abrían la puerta del baño.
Cuando los padres de Lina vieron como funcionaba el invento, la felicitaron y le compraron una bicicleta nueva.
FIN
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